Taller para el fomento de la igualdad y la prevención de la violencia de género dirigido al alumnado de primaria, secundaria y bachillerato

CONTENIDOS

La primera parte del taller se centra en analizar las desigualdades que socialmente se establecen entre los hombres y las mujeres, por el hecho de nacer con un sexo determinado. Mediante la reflexión se trata de visibilizar que el hecho de que persista una educación sexualmente diferenciada impide muchas veces el desarrollo libre de cada persona y la puesta en juego de su deseo particular ya que la sociedad castiga y presiona cuando no nos comportamos como corresponde a los modelos de masculinidad y feminidad aceptados en nuestra cultura, por ejemplo, si un niño juega a muñecas o cuando un niña juega al fútbol. A la conclusión que se pretende llegar en esta primera sesión es que el problema no son las diferencias entre mujeres y hombres, sino que estas diferencias son socialmente “impuestas” y además se convierten en desigualdades por su distinta valoración y reconocimiento social; todo aquello relacionado con lo masculino está más valorado que lo relacionado con lo femenino.
En una segunda parte, se indaga sobre las causas con las que las y los adolescentes relacionan el fenómeno de la violencia de género. El objetivo es conocer los mitos y falacias que se tienen interiorizados para, a partir de sus propias apreciaciones, ir desmitificándolos hasta llegar a la verdadera atribución causal. Es imprescindible atribuir bien la causa del problema del maltrato para poder enfrentarlo y abordarlo de forma correcta. Así mismo, se describe cómo es una relación de maltrato y las dificultades para salir de ésta debido a las condiciones en las que se encuentran las mujeres (dependencia emocional, baja autoestima, aislamiento, miedo, vida controlada, etc.). Durante todo el taller se incita a la reflexión personal, con el objetivo de incentivar el espíritu crítico ante sus propias actitudes y las de sus parejas. El objetivo no es transmitirles un patrón de relación perfecta sino motivarles a hablar y tratar aquellas cosas que no les gustan, que les molestan en sus relaciones, y que tomen conciencia de que hay hechos que son injustos y que no hay por qué consentir. De esta forma serán capaces de reducir el riesgo de que desarrollen relaciones de maltrato.